2009-07-27

Memoria Pre-mortem

Memoria Pre-mortem

Tengo tan poco tiempo de conocerte, pero la sensación de que algo tan importante se te va me invade. Discúlpame si por ahí no lloró y muestro algo de congoja, esa es mi naturaleza, trato de mostrarme sereno en momentos difíciles, buscando calmar a los otros. No deseo que pienses ni por un instante que no siento nada y que tengo un corazón de piedra, podré estar muy calmo por fuera, mas la marcha fúnebre va por dentro.

Eres de esos tipos desprendidos que no se aferran a las cosas materiales, quizá por eso mismo, cometiste errores en el pasado que no soy quien para juzgar. Tan solo el tiempo se encargará de dictar la sentencia de tales o cuales actos, lo único que puedo decir de vos es que: sois un tipo carismático, amoroso, franco y emprendedor (eso quizá no saque a ti, a menudo me cuesta arriesgarme). Por estas y otras virtudes se te recordará por siempre, viviendo en cada uno de los corazones de quienes hemos podido conocerte y charlar amenamente contigo, como solíamos hacerlo en tus visitas a Lima.

No me imaginé que este año marcaría el adiós, quien sabe cuanto me faltaba aprender de ti; de tus vivencias, aventuras y todas aquellas empresas que tomaste como retos en tú existencia. No me olvidaré sobre todo de aquel nudo que me enseñaste en mis primeros años de la universidad, lo hago cada vez que se presenta la oportunidad, es como una forma de hacerte homenaje y tener siempre presente tu legado.

Ni tampoco del encarguito que entre broma y broma me encomendaste. En vista de que soy tu único nieto varón, tengo la tamaña misión de hacer perdurar tú apellido por algunas generaciones más. Claro, eso sí, con toda la responsabilidad del caso que dicha diligencia merece. Primero quiero la autorrealización – logrando todo lo que pueda lograr – para luego formar una familia como una forma de consolidación.


Gracias viejo por tus ocurrencias y bien sentido del humor, tal vez no puedas escuchar la voz interior que me impulsa a seguir escribiendo esta semblanza – pero conociendo lo obstinado y terco que eres – no dejarás que tus males te venzan tan fácil. Van a tener que sufrirla para vencer tu ímpetu, se que dejarás hasta la última gota de energía por quedarte aquí con los tuyos. Te quiero mucho abuelo y se con toda la certeza del mundo que vos también sientes lo mismo por mí. Quien lo diría, esa foto que nos tomamos el 01 de enero de este año, en la que estábamos los últimos varones de tu linaje: Eduardo, Arturo, yo y tú. Sería la primera y la última que nos tomáramos, como una especie de premonición y que por cierto se convertirá en un lindo recuerdo para la posteridad.

1 comentario:

Mariana dijo...

Bonitas palabras kerido primo...ojalá hubiera tenido un abuelo para kerer como tú.