2010-05-31

25 VECES YO

25 VECES YO

Mis orígenes se remontan en una tenebrosa noche de apagón en el hospital Rebagliatti de Jesús Maria, eran los tiempos en los que los terroristas jugaban a las torres derrumbadas y penumbras tenuemente perturbadas por las velitas y los lamparines según la posibilidad de cada quien.

Fuí el último de una extensa lista bebes prestos de nacer, mi madre formaba parte de una extensa fila de parturientas programadas para alumbrar ese día, luego de una odisea que parecía no tener fin,
mi llegada se hizo plena a este mundo de tantos contrastes, dilemas, complejidades y contradicciones. Mi identidad sexual fue por demás inesperada – dada las expectativas de mi mamá cuyas hermanas mayores siempre tuvieron como primogénitas a una niña – por resultar ser un varoncito de ojos ligeramente rasgados y de cabellera rebelde más aguda que litera de fakir.

Las circunstancias me impidieron continuar viviendo
en la ciudad donde nací, mi madre y yo nos trasladamos a otra más pequeña, al sur como ha cuatro horas de camino en bus, la cual tenia un clima mucho más cálido y divergente, muy lejos del clima húmedo y cielo panza de mula de la capital. En esta ciudad viví durante los primeros 12 años de mi vida al lado de mi abuela y una hermana de mi madre con su hijo, además de unas primitas – hijas de una tía fallecida – que nos visitaban con frecuencia. Por descontado esta que el primigenio contacto con el conocimiento y mis primeros amores platónicos (entre los estaban una compañerita y una muy linda aspirante a maestra), también los tuve en los años que anduve por aquella comarca. Debo confesarles que fue mi mejor época de cuando pequeño, antes de entrar a una especie de estado de apatía y tinieblas que caracterizó mi adolescencia y que coincidió con mi retorno a la ciudad que me vio nacer.

Fue muy difícil el proceso de adaptación: el entorno, las personas, la comida, etc. Una serie de factores que pusieron en evidencia mi escasa velocidad para adaptarme a cambios bruscos en mi vida, en estas idas y venidas se fueron transcurriendo los años, uno tras otro sin que me terminara de sacudir del estoicismo y la dosis de pesimismo que empezaba a apoderarse de mi mente. Esta etapa de mi vida tuve que exorcizar demonios internos y reciclarme para dar como resultado un nuevo individuo: algo más rudo, explosivo, un tanto vehemente y de ideas radicales donde no existían las medias tintas. Esta fase de mi mismo apareció apenas culminé el colegio y me aprestaba a jugármela para tentar el camino hacia la universidad.


Con el objetivo finalmente conseguido, las cosas jamás se presentaron fáciles – bueno tampoco esperaba menos por ser una etapa tan decisiva para mi futuro – conocí gente mala y buena, comprobando así, las vicisitudes de los adultos y de las complejas relaciones humanas en muchos de sus matices: desde los más conmovedores hasta los más repulsivos y que me permitieron tener un panorama mucho más amplio del terreno que estaba pisando y de con quienes compartía el espacio donde me desenvolvía a diario. Esta maravillosa etapa que ya describí en una anterior entrega, culminó de una forma muy emotiva y sentía como un nudo en el estómago de ver un viejo sueño hecho realidad: Me había graduado y ahora venía lo bueno.

Sabía que mi llegada al cuarto de siglo estaba a la vuelta de la esquina y quise que fuera distinto a mi cumpleaños del año anterior, donde no hubo tanto brillo y una conmemoración mas bien austera. Este cuarto de siglo quería que fuese especial y, si lo fue, porque pude darme algunas licencias que no pude darme la vez anterior como es el hecho de comprar serpentina en spray y un par de cañones de papel picado, que se convirtieron en una grata sorpresa para todos aquellos que fueron a saludarme a mi casa. 25 años no se cumplen todos los días y creo que puedo decir a estas alturas de mi vida, que he vivido acorde a mis principios e ideales, aunque no tenga nadie que comparta conmigo mis triunfos y derrotas, mis alegrías y mis desventuras.

SOS: SE BUSCA NOVIA SEXOLOGA URGENTE

SOS: SE BUSCA NOVIA SEXOLOGA URGENTE


Este se ha convertido en el principal requisito, por el simple hecho de mi propio desparpajo para comentar algunos temas considerados tabúes, las chicas con las que me he topado no han sido capaces de safarse de la cucufatería que caracteriza tanto nuestra formación y que se vuelve un impedimento a la hora de tratar asuntos tan espinosos como es el plano sexual, de forma abierta y seria sin dar a opción de ruborizarse.

Con chicas de bosquejos mentales un tanto conservadores en la forma de pensar, es difícil establecer diálogos más allá de lo “formal” y “correcto”; explorando en medio de la tertulia conversaciones más bien polémicas y un tanto transgresoras que permitan hacer volar la imaginación y llegar a un plano de la argumentación que de cómo resultado un enriquecimiento conceptual y de puntos de vista en las personas involucradas en la plática.

De paso esto me ha traído problemas a la hora de las tentativas de buscar una compañera, hasta he llegado a convencerme a mi mismo que difícilmente encontraré chica si mantengo esa vocación de llamar a las cosas por su nombre y sin pelos en la lengua. Hasta el momento no hallo muchacha de mente abierta y liberal que pueda contestarme sin balbucear y con la voz entrecortada. Mi aspiración es toparme con aquella que se muestre natural y serena al momento de ir al meollo del asunto.


En la TV y otros medios escuché a varias sexólogas – que en afán de mostrar algo del conocimiento que les ha conferido tal título – dicen y explican cosas que (modestamente) ya sé autodidácticamente. Pero hay algo especial en ellas: Hablan de la temática sexual con total desenvoltura y seriedad – con estudios y sustento a la mano – que merece un tema a menudo conversado a modo de susurro. Ya sea por la exigencia de su propia profesión o porque han superado las taras de ver el sexo como algo aberrante y vergonzoso, el modo de tratar el tópico expresa sobriedad y fundamentación fácilmente comprobable.


Al segmentar mi grupo de féminas objetivo, aguardo tener mejores resultados. No es que me muera por estar acompañado, es mera curiosidad científica en un intento de entender una faceta personalmente desconocida de las sensaciones y emociones humanas. A ver que pasa, quizá me vaya mejor y no se vuelva en una odisea.