2011-10-16

Oktoberfest 2011 - X Edición

Oktoberfest 2011 - X Edición


Esta vez no fuí solitariamente a las instalaciones del Oktoberfest 2011, que este año celebraba su décima edición, obviamente tenía que ser especial y de hecho lo fue. La ambientación tuvo mayores elementos entre los que se notaban las pantallas gigantes ubicadas en lugares estratégicos del recinto, como para que nadie – incluso los que estaban un poco lejos del escenario – no se perdieran ningún detalle de lo que acontecía en el evento.

Una prima fue mi compinche en esta nueva aventura llena de belleza, color y alegría. Se disfrutó del espectáculo en muchas de sus manifestaciones: la música, las canciones, los bailes, los potajes y – por supuesto – la cerveza que es la estrella del evento, disponible en sus diferentes presentaciones (lager, red lager y malta), aunque me incline por la red lager por ser una presentación excepcional de gran cuerpo y sabor para el paladar.

El show se convirtió en la oportunidad perfecta para conocer gentes de diferentes lugares, charlar amenamente acompañada de una refrescante cerveza en su temperatura exacta. Participamos en juegos en las que nos ganamos algunos recuerditos del espectáculo, como polos, llaveros, etc. Me tome fotos con agraciadas señoritas con el atuendo típico bávaro, además de otras postales que retrataban lo acontecido en esta fiesta de la cerveza.


Una gran velada hasta que el cansancio acumulado y la agenda de mi acompañante, hicieron que nuestra participación por este año llegara a su fin. No sin antes dar un paseo por todos los estantes ubicados a los costados del local y adquirir souvenirs conmemorativos al Oktoberfest dando una última mirada a todo el local, guardando en las retinas un lindo recuerdo por el hecho de haber estado ahí. Pongo la pluma en el tintero.

Es que simplemente valió la pena…

Es que simplemente valió la pena…

Marcos y Jordi Llunas, dos hermanos venidos desde la madre patria, no solo los une el hecho de llevar la misma sangre – y ser hijos de un famoso cantante – comparten el talento artístico que gusta mucho por estas tierras. Volvieron luego de una ausencia que se prolongó por cuatro años, y de que manera, con un ramillete de canciones que vienen de lo más hondo del corazón, llenando de un aura romántica las instalaciones del Centro de Convenciones del Hotel María Angola y – por consiguiente – las mentes y espíritus de quienes acudieron esa noche, una fresca noche primaveral de octubre.

Ambos hermanos repasaron lo mejor de su repertorio y estuvieron turnándose en sus apariciones por el escenario. Hasta cierto punto era lógico que Marcos tuviera mayores participaciones, debido a que es un poco más conocido por estos lares que su hermano menor, cuyos discos – sobre todo los más recientes – no llegaron a escucharse en las radios locales. Sin embargo, este último realizó versiones alternas de su canción más conocida “Desesperadamente enamorado”.

Puedo resumir lo expresado en este concierto es: “Para reconquistarte tuvieron cuatros años de vida, pero pude sentir que estas canciones no están para olvidar. Perú generoso de mujeres guapas a las que se canta por amor – ellas son mi debilidad – soy completamente suyo, las amo y valió la pena volver a esta tierra…”. Perdónenme si por ahí en mi análisis no incluyo más temas de Jordi, lo que pasa es que a el no lo conozco tanto como a su hermano. La mayor parte de sus canciones eran nuevas para mí, siendo el concierto la vez oportunidad de escucharlas por vez primera.

Estos hermanos, sin duda se terminaron de ganar al respetable interpretando su propia versión del vals peruano “Ódiame”, pero creo que al contrario de lo que expresa esta joya del cancionero peruano, el público los amaba mucho más. Claro, que para esta notable interpretación de los hermanos Llunas se utilizaron cajones y guitarras bien patrios, como para no desvirtuar la esencia de la versión original.

El tramo final fue más festivo y colorido (con bandera peruana en escena incluida), la gente – y me incluyo – salió contenta de las instalaciones, comentando las actuaciones de los “Llunas brothers” (como algunos les empezaron a llamar, pero el dúo se denomina A2), satisfecha y de buen humor, con la dulzura a flor de piel provocada por este espectáculo que pago con creces las expectativas. Con esto, bien puedo decir que realmente valió la pena.