2007-08-21

Cuando pasó el temblor (1ª réplica)

Habiéndose cumplido una semana del fatídico terremoto del 15 de agosto del año en curso, quisiera compartir algunas apreciaciones desde la modesta posición de este su humilde servidor. Se tomará en cuenta algunas experiencias cercanas, así como hechos que se han ido sucitando con el transcurrir de los días.

Con el terremoto me di cuenta una vez más que las cosas suceden por algo, que las desiciones tomadas en algún momento incluso pueden determinar la preservación de nuestra propia integridad, aquí les contaré lo que aconteció con mi abuela.

En la semana previa al terremoto mi abuela había decidido vacacionar en Ica, su tierra natal, aprovechando el receso escolar de medio año y reencontrarse con sus biznietos y de paso arreglar algunos trámites referentes a su casa y otros, a esto añado el hecho de visitar y saber como está mi prima y su esposo que actualmente radican en la casa de la abuela.

Sus biznietos: Gonzalo, Gerardo y Alonso, los dos primeros vinieron de Ayacucho y son primos de mi prima Liliana que radica por allá por motivos de trabajo; el último, es hijo de Vanessa, su hermana, que es la prima que habita en la casa. Mi sobrinos de Ayacucho tuvieron que regresar el fin de semana a su casa por llamado de su madre ya que el lunes 13 comenzaban sus clases, luego de esto mi abuela se quedó unos días más, retornando a Lima el martes en la víspera del terremoto.


Considerando la reacción que tuvo ella el día del terremoto - aquel día estaba con mi tía, mi madre y mi hermana compartiendo un lonche - la cual fue de desesperación y descontrol hasta las lágrimas temiendo lo peor, con el ánimo exaltado y los nervios a flor de piel. Pienso ahora que de haberse encontrado en Ica en ese momento probablemente no se hubiese muerto por el terremoto en sí, sino por la impresión de sentir que la tierra se sacudía con violencia y el cielo pareciera caérsele encima, así como el escenario macabro en el que quedo la ciudad que la vió nacer a ella y a sus hijos.


Terremoto afectó a todos

"Estoy sentado aquí entre las piedras... hasta sentir el temblor" dice una canción y eso es más o menos lo que los aproximadamente 28 millones de peruanos que vivimos en el suelo patrio dijimos aquel miércoles a las 6:45 pm. En el lonche que anteriormente les comenté, mi madre había dicho que el siniestro era al norte cerca de Lima, pero mi tía, de mayor veteranía, sentenció: "No, fue en Ica". Y vaya que fue allí, el epicentro se ubicó al noroeste de Pisco mar adentro y cuya intensidad según las primeras informaciones que se sucedían minutos después del sismo, y que escuchamos en RPP por mi radio a pilas fue de aproximadamente 7.5 grados y el cual se había dejado sentir en todo el país e incluso en parte de Colombia, Chile y Ecuador.

Hasta ese momento nadie sospechaba los resultados por demás devastadores del sismo. Cuando todo se calmó un poco, encendimos la TV y pudimos constatar la deseperación de la gente en las calles por regresar a sus domicilios con el miedo en sus rostros y la incertidumbre en sus corazones.

Si con el terremoto no fue suficiente para perturbar la psiquis de las personas, los celulares y los teléfonos fijos colapsaron y prácticamente todos quedamos aislados sin poder comunicarnos con familiares y amigos. E aqui un jalón de orejas a las compañías que proveen estos servicios como son Telefónica, Claro y Nextel.

Días después se daban las estimaciones de cuantas perdidas materiales y humanas se tendrían, las que actualmente se cuentan por miles: los muertos suman hasta la fecha 513, los heridos 1090 y los damnificados superan los 37000. Infraestructuras como iglesias, casonas, colegios, viviendas quedaron en escombros apagando vidas en su interior producto de su colapso, con decirles que en la catedral de Pisco perecieron bajo sus restos más de 140 personas que se encontraban escuchando misa, trance similar ocurrió en el venerado templo del Señor de Luren el cual perdió la mitad de la torre principal y parte del techo que se encontraba detrás de ella, pero sin la magnitud en perdidas humanas como sucedió en Pisco.

Otras ciudades que se vieron fuertemente afectadas fueron Chincha y Cañete con miles de damnificados que claman por ayuda. En menor medida Ayacucho y Huancavelica, incluso zonas de Lima donde las estructuras no ofrecian seguridad a los que vivian en ellas.

La cobertura de los medios fue casi inmediata, en especial los medios radiales y escritos, como es el caso de RPP y el diario El Comercio, al rato medio extranjeros como CNN y El Mundo informaban al mundo de la tragedia, haciendo que la fatal noticia diera la vuelta al mundo. Pero a nivel local esta cobertura tuvo altas y bajas, por un lado las emisoras y canales de TV se convirtieron en instrumentos para que la gente dejara mensajes a sus familiares con los cuales quedado incomunicados a causa del sismo, sin embargo la nota fea la puso un periodicucho que trató la noticia de una manera poco responsable y sin ánimo de calmar las tensiones cayendo en el sensacionalismo para vender su diario.

Lo bueno, lo malo y lo feo

Los medios se convirtieron en abanderados para la recolección de ayuda, la cual tiene hasta ahora gran acogida entre la gente: se abrieron cuentas bancarias en el Banco Continental, el Banco de Crédito, el Scotiabank, el Banco Falabella, etc. Instituciones públicas y privadas recepcionando carpas, alimentos no perecibles y agua, el cual es canalizado en conjunto por el gobierno. La voluntad de apoyar y la buena disposición fueron valores a destacar luego de la tragedia.

Lo malo es que hay quejas sobre la ayuda, no se distribuye bien y existe gente que hasta ahora como es el caso de Tupe que no han recibido la ayuda necesaria. La adecuada canalización y la organización de la labor de distribución han presentado incovenientes.

Lo feo ha sido la actitud de empleados públicos como el caso de la funcionaria del Municipalidad de la Victoria, a la cual se le encontró con parte de las donaciones en su domicilio, lo que ha originado su inmediata destitución y el inicio de las investigaciones del caso. Este mal ejemplo, sin embargo, ha cundido y se ha visto casos similares en Pisco, Barranco, Chiclayo y el Callao. Estos casos de tráfico de ayuda se han explicado al detalle en los medios y que actitudes como la de estos funcionarios debe merecer el mayor de los repudios por parte de la ciudadanía.

Conclusiones

  • Esta tragedia nos tomó por sorpresa y con escasa capacidad de reacción ante tal tipo de desgracias.
  • Pisco, la zona más devastada por el sismo prácticamente ha sido borrado del mapa. Los daños a nivel de infraestructura se cuentan por miles.
  • Puede sonar reiterativo, pero hay que estar preparados y tomar en serio los simulacros de sismos que se piensen hacer.
  • ¿Lima estará preparada? Considerando que el sismo llegó a sentirse con la intensidad de 5.6 grados y aún así daños seriamente colegios, edificios de entidades públicas, viviendas, etc. Y que según expertos, la tragedia nos pudo pasar a nosotros con consecuencias por demás devastadoras. Diré que no, asi que conciudadanos hay que prepararse y ya.

PD: Mi más sentida condolencia a todas aquellas personas que han perdido algún ser querido con este desastre.