2010-04-04

Las buenas decisiones

Las buenas decisiones

Los buenos resultados, casi siempre están precedidos por buenas decisiones y eso es vital si queremos evitarnos tragos amargos tanto en el aspecto personal como profesional. Las decisiones que tomemos hoy, condicionarán nuestro futuro inmediato; no debemos olvidar – por cierto – que la última palabra de todo la tendremos nosotros mismos a pesar de las sugerencias que nos puedan dar otros.

Mi pensamiento acerca del matrimonio – en particular – son palabras mayores, implica una absoluta seguridad en las partes involucradas con respecto a la importante decisión que están próximos a tomar. Por estos días uno de mis parientes dio este gran paso, demás esta desearle lo mejor para él y su cónyuge de aquí en adelante, no sin antes (si me lo permiten) invocarles lo siguiente: no olviden de donde vienen, mantengan la perspectiva y defiendan a su linaje de cualquier afrenta por más minúscula que sea.


Para terminar, déjenme confesarles que todo esto para mi ha sido tan rápido, en menos de un año dos matrimonios se han sucedido como de la noche al día sin dejar espacio para una reflexión. Bienaventurados Miguelito y Johanita (por cierto, vos pareces el más joven, al parecer es parte de nuestra genética… jijijijiji) No vale picarse.


Quisiera terminar citando un verso que le dedicaste a tu señor padre, si bien no esta físicamente con nosotros, te colma de bendiciones en cada paso que das:

“Solo queda extrañarlo en mi silencio,
Y pedirle en las noches aclararme las ideas,
Pues el tiempo me dice que es un hecho,

Que su recuerdo no se apagará,

Que su enseñanza siempre guiará,

Que su cariño se multiplicará,

Y que su forma de vida... en mí vivir perdurará"

Dalo por hecho primo, el siempre estará ahí.

Rey de la puntualidad del rock

Rey de la puntualidad del rock


Antes de la cita en la explanada del monumental, no me había percatado de la “costumbre” de Axl Rose de hacer esperar a los seguidores de su banda Guns N’ Roses (GNR) más de dos horas después de la hora programada. Noticias desde Brasil, Argentina, Uruguay y Chile daban cuenta de esa manía de llegar después de la hora; jugando así con la impaciencia y la tolerancia de un público que sabe muy bien perdonarle su irrespetuosa de forma de tratar a los fans. Claro, hay algunos casos como sucedió en algunas presentaciones de la gira sudamericana, donde no faltó alguien con las ganas de darle una trompada por faltoso, siendo el único desquite, volverlo blanco de una botella a modo de proyectil.

Llegué como a eso de las 18 con 30 horas, a la explanada del estadio, procedí a pasar los controles respectivos en la entrada de mi respectiva ubicación dentro del público asistente, una vez listo con boleto en mano me encontré con un amigo de la época del colegio – Luís – con el que habíamos quedado anticipadamente de vernos el día del espectáculo rockero.

Una vez ubicados en la zona “Welcome to the Jungle” – la cual nos correspondía – comenzamos a conversar largo y tendido, haciendo tiempo hasta que apareciera el primer telonero, refrescando nuestras gargantas con una bebidas, como quien dice calentando los motores para lo que vendría después. Al tiempo se nos sumaron dos primos de mi amigo que también querían disfrutar del espectáculo, una vez presentados, comenzamos a especular que canciones tocarían o con cual empezarían el show.

Apetecibles nenas – algunas de ellas con pañueleta roja – se trascurrían ante nuestros ojos, dándole un toque femenino a la velada, arrancándome suspiros (por mis camaradas no puedo decir nada, ya que no les ví sus reacciones). Puedo decir que los teloneros peruanos que acompañaron en aquella noche de rock, no desentonaron y ayudaron a ponerle el ambiente adecuado al evento con un sonido potente y fuerte que hacia fluir la adrenalina por las venas.

Sebastián Bach y su banda fueron el último escalafón antes de ver a los GNR en acción, su sonido efervescente cautivó al respetable; la gente se estremecía con los acordes de hard y metal que salían de los instrumentos de los músicos en escena. El ritmo no respeto la edad, incluso una señora (yo diría que cincuentona), se movía como poseída. En el transcurso hubo una menuda llovizna que sirvió para enfriar las testas.

Terminada la presentación comenzaron las horas que se hicieron interminables para mí y todo el público presente: el cansancio hizo que algunos se quedaran dormidos, otros como yo tenían lo pies y la espalda adolorida por estar de pie por tanto tiempo de espera. Algunos ya pedían que se les devolviera el valor de sus boletos.

Pasada la medianoche, supe que el plato fuerte iba a durar hasta bien entrada la madrugada; se apagaron las luces y la música de fondo, los GNR hacían su aparición ante una multitud impaciente y ofuscada por la demora, donde no faltó quien le lanzara una botella en señal de protesta con la gente enviándole “saludos” a voz en cuello a la madre del cantante. En un intento por apaciguar los caldeados ánimos de los asistentes, un traductor lanzó a modo de advertencia la petición de calma y el deseo del grupo de pasar un buen rato, luego de esto las aguas se calmaron y la música hizo estallar el recinto que lucia lleno de bote a bote.

“Chinese Democracy” (canción que también es el nombre del álbum que titula la gira), “Welcome to the jungle”, "It's So Easy", "Mr. Brownstone", "Sorry", "Better", "Live and Let Die", "If The World", "Rocket Queen", "Street Of Dreams", "I.R.S.", "Sweet Child O´Mine", "You Could Be Mine", "November Rain", "Knockin' On Heaven's Door", "Nightrain", "Madagascar", "Shackler's Revenge", "This I Love", "Patience", "Paradise City" fueron del deleite de las almas que dijeron presente en aquella memorable jornada. El clímax del concierto fue el solo de guitarra que hizo uno de los guitarristas de la banda entonando las notas de nuestro himno patrio, algo que sin duda conmovió y terminó por meterse al bolsillo a los espectadores.

El fin fue en son de fiesta, papel picado rojo cubrió nuestras cabezas, un coro de aplausos y la promesa de vernos pronto con las gracias correspondientes por haberlos esperado tanto. Exhaustos y satisfechos por tremenda faena, mis compañeros y yo procedimos la retirada a casa, contentos y sin importarnos lo tarde que era, lo visto bien lo valió. ¡No te mueras Axl, rey de la puntualidad del rock (no vale picarse)!!!