2008-09-21

Sueños Efervescentes

Sueños efervescentes

Desde hace mucho, tengo las ansias de estar en alguna agradable compañía, y en mis apetitos más latentes apareces vos en medio de una gama de posibilidades. De mixturas que aparecen en medio de la incertidumbre de ver cual le proporcionará un mejor semblante de color a mi existencia.

El deseo incandescente me hace trepar por las paredes y fantasear hasta el punto del shock. Cierro mis ojos e imagino tu silueta asomarse en mis alucinaciones – oh, por favor – que tentación tan mundana y carnal, mis manos recorren cada rincón de ese cuerpo sedoso y habido de ser palpado de palmo a palmo, dispuesto a entregarse a los más fogosos y ardientes deseos de este ángel caído, sediento de beber de esa lujuria que ha hecho caer desde el más venerado de los dioses hasta al más insignificante de los mortales.

Hasta e llegado a pensar que ese cuerpo del deseo, piensa por si mismo y sin darte cuenta tú misma, siento que su voz me llama, jugando con mi angustia y mis ganas de probar de esa miel que escurre aquel triángulo que es la bienvenida a un sin fin de acogedoras sensaciones propias de un portal que te transporta, porque no, a la dimensión desconocida del placer.

Quizás me tomes por incurable pervertido, perdona mi osadía de confesarle oh diosa fémina de estos arrebatos emocionales tan propios de un ser terrenal como yo. ¿Qué más puede esperar vuestra merced de este mortal cuya desdichada existencia tan solo se limita al nacer, crecer y morir; al comer, dormir y reproducirse?

Hombre que perdió la gracia divina, vuela demasiado alto… Sueños efervescentes.