2009-04-13

Reflexiones finales de Semana Santa

Reflexiones finales de Semana Santa

Muchos cristianos católicos son muy asiduos de cumplir religiosamente el ritual de recorrer siete capillas al inicio de la Semana Santa que siempre se sucede los días jueves y que ese día - como pocos en el año - congrega a gran cantidad de fieles deseosos de pedir por la salvación de sus almas manchadas por algún pecadillo cometido anteriormente.


Todos son muy buenitos antes de la pruebas en serio que nos pone en el tapete, cual caprichosa, la vida. Y es precisamente en estas pruebas en serio y no solo en el plano meramente teórico del asunto, donde se comprueba si realmente se ha entendido el mensaje que los crisitianos reciben periódicamente en sus reuniones de adoctrinamiento.


Lo que les critico a los cristianos muchas veces es su falta de coherencia entre su prédica y sus acciones cotidianas. Conozco a varios que se saben golpear el pecho en las liturgias, pero una vez fuera del templo, su caracter autodestructivo y egoista no permite que muchas de las cosas con sentido que se imparten en estas reuniones, rinda frutos en sus vidas diarias - a resumidas cuentas - esas enseñanzas cayeron en saco roto.


Usted amigo lector de buena voluntad, quisiera plantearles la siguiente circunstancia: ¿Qué prefiere, ir a un planeadísimo paseo por cabalísiticas siete diferentes pagodas o, por el contrario, tenderle la mano a alguién cercano a tu familia que más allá de ser o no de tu agrado, su vida corre peligro y tienes la posibilidad de salvarla haciendo a un lado la indiferencia? Personalmente me inclinaría por la segunda opción, por más que tengas insuperables diferencias con dicha persona, estamos hablando de una vida salvable que no puede quedar en tu conciencia con la consecuente angustia de haber podido hacer algo más. Las cuestiones personales deben hacerse a un lado, deben primar en situaciones tan apremiantes como la anteriormente expuesta, cuestiones humanitarias que deberían ser asumidas de facto por todos.


Por último no termino de comprender a esas personas que estan sumergidas en sus odios y sus reencores, lo único que lograrán es ser menos felices ellos mismos y a aquellos que los rodean. Siento lástima por esas desdichadas existencias.

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