2009-02-15

Tour Ica 2009

Tour Ica 2009: el renacer de la tierra del sol eterno


El bichito que nos pico las ganas de seguir viajando nos condujo a Ica, una ciudad con una de las temperaturas más inclementes del litoral en lo que a climas calurosos se refiere . El momento se presentaba más que propicio para poder ver los progresos, luego del descomunal golpe de knockout que significó el terremoto del 15 de agosto del 2007 el cual se sintió muy intenso y demoledor por esta comarca.

El calor sofocante de la tarde a eso de las 14 horas con 15 minutos, me hacia saber que ya me encontraba en territorio iqueño. El momento de encontrarme con seres queridos no estaba muy distante - algo que por cierto fue muy gratificante – ese instante de verme con aquellos entrañables parientes estaba por acontecer a escasos segundos, la única cosa en este mundo que podía retrasar ese encuentro serían las zanjas producto de inconclusas e improvisadas obras de la comuna de la zona que generan cierto malestar entre los vecinos que no saben ya a quien acudir para manifestar su reclamo y su bronca por los inconvenientes que ocasionan estos trabajos para cambiar las tuberías del agua de su vecindario. Imagínense, si ellos están incómodos ¿Cómo estarán los que llegamos de visita por estos lares? La respuesta ustedes mismos la pueden deducir.

Para no hacer hígado por esta situación, me centré en el motivo de tan largo viaje por carretera vía bus. Era el de pasar ratos agradables a lado de personas que tanto quiero y estimo como los son mis primas, mis sobrinos, etc, etc. Y vaya que así mismo aconteció, visitamos varios sitios especialmente el centro de la ciudad y sus calles aledañas en donde pude verificar in situ que la ciudad de a pocos trata de dar vuelta de página y dar paso a un nuevo tiempo, al desarrollo de la localidad. Seguidamente les detallaré el itinerario en el cual consistió este último viaje a Ica:





Día 10 de febrero: llegada a la ciudad de Ica, instalación en uno de los ambientes de la casa de la abuela procediendo luego a almorzar, se vendría una reparadora siesta para recuperar en algo las energías liberadas por el viaje. Que grandes están Gonzalo, Gerardo y Alonso, son ya todos unos hombrecitos. Liliana sigue flaca y por contraparte Vanessa sigue un tanto rellenita, en fin esa dicotomía sigue vigente a pesar del tiempo. Estaba mi abuela que se encontraba también vacacionando, Raúl y Beto completaban la comparsa. Por la noche hice un pequeño recorrido por el centro de la ciudad en compañía de mi abuela y mi mamá, el resto no fue porque toda la chiquititud estaba en la cabina de Internet jugando por lo que decidieron quedarse a cuidarlos mientras se distraían en el mundo del ciberespacio. Me tomé fotos con la abuela y mi viejita en la pileta central de la Plaza de Armas, luego nos dirigimos a la Plaza Bolognesi donde abordamos un vehículo similar a un gusano y a cambio de un par de soles por individuo nos hizo un pequeño tour por algunas arterias de los alrededores, terminado el paseo nos fuimos a comer algo por ahí, no daré más detalles de esta cena por que la sazón y la atención del establecimiento resultaron ser un verdadero fiasco.

Día 11 de febrero: se hizo un recorrido similar al día anterior, con la diferencia que estaban la mayor parte del grupo a excepción de Beto que no pudo asistir por motivos laborales, se tomaron las fotografías del caso para la posteridad y luego nos encaminamos a la Plaza Bolognesi, nos subimos todos al gusanito y se disfrutó amenamente del recorrido entre risas y aplausos por la musiquita de fondo y de la bocina del vehículo al momento de pasar por un calle transitada. Una vez terminado el recorrido nos fuimos a comer a una pollería que maneja cierto prestigio (no digo nombre porque me tienen que pagar por hacerles publicidad) y me pude sacar el clavo del chasco del día anterior.

Día 12 de febrero: me fui muy avanzada la mañana al centro acompañando a mi madre por la calle donde quedaba un antiguo empleo suyo, donde pude constatar lo cambiada de la calle sin algún rastro del local donde ella trabajaba antes. Nos dimos un salto a Huacachina donde nos tomamos unas fotografías en algunas de los remodelados ambientes del contorno de la laguna, luego se emprendió el retorno a la casa para que por la tarde hacer nuestra vendimiada (el recolectar los racimos maduros de uva de las parras) esta vez en compañía de todos, de este suceso también se lograron graciosas postales para el recuerdo. Por la noche se hacían los preparativos para el viaje de retorno. Me costo un tanto conciliar el sueño por el asalto de nostalgia que invadió mi pensamiento, rememorando los momentos vividos allí cuando niño en esa casa.

Día 13 de febrero: el viaje de retorno estaba planificado para realizarse por la mañana y efectivamente así fue, se registraron las fotos de la despedida con la promesa hecha de volver el año entrante, ¡Hasta pronto Ica! Y conmigo será hasta el otro año, ojalá.

Nota: Adiós pancito de leña, me quedé con las ganas de saborear un apetitoso tamal, tan solo queda esperar otra oportunidad.

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