2011-07-31

Terceros sí, pero con calma

Terceros sí, pero con calma

Finalizada la Copa América de Naciones y en vista de los resultados obtenidos – Uruguay sumó su décimo quinta victoria en estas competencias, Paraguay fue finalista sin ganar un solo partido, Perú fue tercero (aunque usted no lo crea) y una Venezuela que terminó en el cuadro de honor, confirmando así, su sostenido crecimiento futbolístico de los últimos años y de paso cuajar la mejor campaña de su historia en este certamen.

Pero el motivo de esta reflexión, se centrará en el – para nada desdeñable – tercer puesto obtenido por el seleccionado patrio dirigido por el uruguayo Sergio Markarian. Las preguntas saltan a la vista: ¿Hemos realmente mejorado en este, relativamente, poco tiempo que Markarian tomó el seleccionado? ¿Somos más que Argentina o Brasil e incluso Chile, equipos con pretensiones pero que se fueron tempranamente de la contienda? Y es acaso que – en vista de los resultados obtenidos con este equipo de muchas caras nuevas – ¿Pizarro y Farfán tienen cabida en este equipo?

Comencemos por la primera interrogante: Son evidentes, el equipo es más solidario (ganando en solidez defensiva) y a los jugadores se les ve comprometidos con el proyecto (cambio de chip, le llaman algunos). Si bien en un inicio el trabajo de Markarian fue objeto de críticas por parte de algunos sectores de la prensa especializada, a causa de los llamados “microciclos” que se caracterizaron por probar varios jugadores en las diferentes posiciones del campo – muchos de los cuales ni siquiera habían sido considerados en los anteriores procesos – demostraron su efectividad en torneos cortos como la Copa América, pero el entrenador ha hecho la aclaración de que las eliminatorias rumbo al mundial brasileño del 2014 es otra cosa y merece otro tipo de estrategia. En eso, creo, estamos todos de acuerdo, ya que la carrera premundialista es de largo aliento y llegarán los que la sepan llevar mejor.

Segundo, la medalla de bronce puede que algunos los llene de optimismo y piensen que el equipo esta extraordinariamente bien. Ojo, la selección no está al mismo nivel de Argentina o Brasil, en materia individual nos llevan de encuentro y los más probable es que nos puedan pintar la cara. Incluso Chile – aunque nos cueste reconocerlo – es más equipo que nosotros, porque el cuadro mapochino es producto de un proceso anteriormente iniciado por Marcelo Bielsa y que su actual comando técnico continua, respetando la metodología y visión de cómo entender el fútbol.

Tercero, en el desarrollo de la copa aparecieron jugadores que – aprovechando las lesiones que aquejaban a la selección ante del inicio de la copa – hicieron un papel destacado en la campaña: Muchos dudaban de Ramos, sin embargo el zaguero fue uno de los más aplicados; Cruzado, Guevara y Lobatón (que reaparecía luego de estar marginado por “Chemo” Del Solar), supieron manejar los tiempos y cumplieron a cabalidad; Yotun, estuvo dentro de las revelaciones de la Copa y un escurridizo Chiroque, que vio en el partido con Chile la gran oportunidad para descollar, de ahí en adelante – y por clamor popular – se volvió pieza fundamental en el esquema del “Mago”. Tal fue su participación del menudo, pero habilidoso futbolista, que los medios argentinos se preguntaban: ¿De donde salió este “pibe”? augurándole un futuro prometedor en el mundo de la pelotita, pensando que era un veinteañero, sin embargo, Chiroque honradamente contesto que tenía 31. Si bien Chiroque había sido considerado anteriormente, nunca se apostó decididamente por él y recién en la era Markarian se convirtió en figura de la bicolor. En parte, por lo que se sabría después, a las “argollas” que existían dentro del seleccionado.

Personalmente pienso que Pizarro ni Farfán tienen lugar en la selección. Uno, porque a Claudio lo han estado aquejando una seguidilla de lesiones que no lo dejan alcanzar una regularidad que pueda ser de ayuda al equipo, por último, tendría que ser suplente de jugadores que se encuentren más enteros. Dos, a Farfán le importa un bledo la blanquirroja y hasta se le descubrió jugando una pichanga con sus amigotes, cuando supuestamente estaba en proceso de recuperación de su oportuna lesión que lo dejó sin Copa América. Jugadores con esa displicencia y falta de responsabilidad para con sus colores, tan solo ocasionarían división en el grupo y tiraría por la borda esa comunión donde “extranjeros” y “nacionales” son todos vistos por igual.

Ahora se vienen las eliminatorias, esperando que los jugadores mantengan ese mismo espíritu de entrega, disciplina táctica y lealtad hacía los intereses del equipo. Guardo la pluma en el tintero…

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