2011-02-28

El enamoradizo señor “F”

El enamoradizo señor “F”

Revisando un polvoriento archivero pude encontrar el expediente del señor “F”, la apariencia del folio daba cuenta del tiempo transcurrido y de los estragos que los años – en complicidad con otros agentes extraños – habían infligido en el documento. Me acomodé en una silla de metal al borde de una vieja mesa de madera y me puse a revisar con gran interés el contenido de mi hallazgo.

Viendo las páginas que componían el archivo, encontré una ficha técnica que contenía los datos principales del personaje en cuestión: nombres y apellidos, fecha de nacimiento, talla y peso, gustos personales y estéticos, etc. Luego de ver los detalles básicos del expediente, la tabla de contenido y la introducción me sumergí de lleno en la información del documento. Debo acotar que tan solo describiré los expedientes más curiosos e interesantes.


Expediente Nº 11: el señor “F” tiende a buscar cosas nuevas todo el tiempo, detesta la monotonía y la rutina. Siendo un infante de preescolar, leyó todos los cuentos y descifró los rompecabezas de su grado, seguidamente se enfrascó en la búsqueda de algún nuevo desafío: los cuentos y los juegos de otros salones superiores. Felizmente para él, los demás salones igual lo dejaban acceder sin restringir su curiosidad.


Expediente Nº 18: el señor “F” tiene una extraña fijación hacia chicas agraciadas, atractivas, preocupadas de su persona y de conversar interesante. Es algo que lo solía hacer desde cuando niño, buscaba hacerse amigo de niñas de su edad. Sin embargo, esto le ha traído algunos problemas al momento de establecer alguna relación sentimental, siendo tildado de perfeccionista. Pero muy en el fondo guarda una especie de timidez y de nerviosismo cuando se encuentra cerca de las señoritas que le han causado una grata impresión.


Expediente Nº 19: el señor “F” ha conocido muchas señoritas que han colmado sus gustos estéticos, incluso llegando a experimentar sentimientos de afecto que iban más allá de lo meramente amical. Pero se veía mal, lo hacía sentirse enfermo, como afiebrado y con malestar general – y si a eso, le sumamos el penúltimo párrafo del expediente anterior – el afectado procuraba safarse de esas sensaciones y continuar su vida normal, sin ataduras ni debiéndole explicaciones a nadie. El implicado aduce, que aún no se encuentra listo para renunciar a su individualidad y compartir su vida con alguien.


Por lo hallado en los expedientes expuestos, pude diagnosticar algo de la compleja personalidad del señor “F”: es alguien enamoradizo para con las féminas que puedan causarle algún impacto visual y de afinidad. La pregunta que – naturalmente – se deriva de lo anterior es: ¿Continuará el señor “F” con esa actitud errante si es que establece alguna relación estable? ¿Sentará cabeza o va camino a ser un “las amo a todas”?

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