2009-10-31

La Novia

La Novia

Nunca habia presenciado a una mujer (a pocos minutos de contraer nupcias), tan radiante y hermosa; su felicidad y dicha acentuaban aún más su belleza natural, su alegría y sonrisa sincera contagiaron a todos los presentes. Ni que decir del novio, quizá un tanto timorato, pero feliz por el paso decisivo que estaba a pocos instantes de efectuar.

Fueron tres sábados consecutivos donde se celebraron las bodas de mi prima Mariana. Debo aclarar que el primer sábado se les hizo a los futuros esposos una especie de despedida de soltero y de soltera, todo junto. No vayan a creer que hubo un repentino ascenso de la temperatura por las actividades propias de un suceso como este, más bien se optó por hacer una “Gran bolsa” entre todos los concurrentes como obsequio para los novios. Diria que hasta fue más provechoso que regalarle el dinero a unas cuantas ombliguistas y bataclones por tan solo el hecho de mostrar un poco de piel, nalgas, tetas y taparrabos. Los novios le iban a dar – sin duda – un uso más productivo a la “Gran bolsa”.

El segundo, fue el primero de los platos fuertes: el matrimonio civil. La novia lucía un muy coqueto vestido rojo con accesorios incluidos y zapatitos que hacian juego. Con un maquillaje sobrio muy natural que le daban mayor brio a sus facciones y peinado con motivos de rositas, esto sin mencionar su alegria desbordante que acentuaba mucho más lo linda que se había puesto para la ocasión. Hubo tiempo incluso para las bromitas que nunca faltan y que provenian principlamente de la propia familia, se bailó y disfrutó momentos memorables que estan perpetuados en fotografías, las cuales no podían estar ausentes en esta ceremonia. Casi al final llegó su hermano, siendo recibido por ella con un fuerte y afectuoso abrazo, visiblemente emocionada.


Y finalmente el tercero, con su hermano desde el vamos como padrino (le correspondía llevar a su hermana al altar, en vista de la ausencia de su padre, sensiblemente fallecido hace algunos años). La novia y su hermano hacen acto de presencia, arriban desde un automovil de la década de los '20s – un clásico – emprendiendo la marcha hacia el altar donde el novio ya esperaba desde hacía un rato, ansioso. La ceremonia religiosa, se trascurrio con normalidad y sin contratiempos, pasando luego los invitados a los salones de la parroquía jesusmarina.


Pero la historia no culminaria ahí, La Punta – Callao sería el destino para culminar con estas semanas cargadas de sentimientos encontrados, personalmente no logro concatenar palabras para describir la sensación que me han dejado estos hechos. Por un lado triste porque hay una soltero(a) menos (se va mi socia con la que alegrabamos las reuniones familiares) y como que mete algo de presión para los que venimos detrás, pero por otro lado estoy feliz porque ella es feliz y eso me deja más que tranquilo. No quiero culminar sin decirle a aquel que se la ha llevado: Comportese bonito, no cuesta nada.

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