2008-10-13

Si es así, no vale la pena

Si es así, no vale la pena

“Me dices que te vas, que ya no soy tu vida, me dices que esta muerto el amor que por mi sentías. Me dices que te vas, yo digo que es mentira, yo no he dado motivos para esta despedida” (Iván Cruz).

Luego de escuchar este aguardentoso bolero de cantina me remueve la ganas de volver a escribir, luego de una prolongada sequía creativa y en vista de sucesos de reciente acontecer, vuelvo a retomar el sendero perdido por la circunstancia y una serie de curiosidades que conllevan a que retome la pregunta que a menudo me hago: ¿Vale realmente la pena desvelarse por alguien? Algunos me dirán que sí, otros, quizás no, la respuesta estará sujeta a estados de animo ambivalentes que no son permanentes y muy vinculados a como se sienta uno.

Por amor muchas personas han sido capaces de hacer las cosas más inimaginables, con tal de complacer al ser amado: desde el crimen hasta el ridículo, en este juego del amor todo es válido como en el arte de la guerra. No existen los límites ni tiempo para autoreprimirse, se da y deja todo sin atenuantes ni medidas, no hay medias tintas.

El tiempo es el único que nos dirá si tanta pleitesía hacia la otra persona vale o no la pena. El destino pone pruebas en el camino, muchas veces muy duras que ponen a prueba los cimientos del idilio, que nos ayuda a reafirmar nuestras convicciones o muy por el contrario, a padecer de las más dolorosas decepciones y sufrimientos.

Y debido al riesgo existente en este tipo de empresa y unida a la necesidad de absoluta seguridad y certeza de pisar terreno firme, veo que esto no va mucho conmigo. Para que desvivirse por alguien si luego nos dará un puntapié en las posaderas, sin valorar lo que nuestros sentimientos – pecando quizá de candidez – hicieron para ganarse aquel cariño que solo juega con nosotros sin importarle nuestro corazón, teniendo el cuajo suficiente para herirlo y dejarnos con la desazón a flor de piel.

Ese mal amor quizá ya no nos necesita, tal vez es lo mejor, porque creíamos conocer a esa persona que para colmo frecuentemente se encuentran otro corazón. De pensar que hasta no hace mucho nos decían que sin nosotros no vivirían y que seriamos el amor de toda su vida, no nos podíamos imaginar lo cruel de aquel crimen que se quedará sin resolver. Solo queda esperar que los futuros amaneceres sean cada vez menos angustiosos y que el olvido se vuelva nuestro mejor aliado.

No hay comentarios: