Pasaron los años y no te encontré
Hasta parece que hubiese sido ayer, cuando fue la última vez que nos vimos en el Jr. Huancavelica cerca de la Iglesia de las Nazarenas por el Centro de Lima. Sin pensar quizá, que se convertiría aquel momento en una especie de forzada despedida.
Todos estos sentimientos encontrados florecieron de nuevo, al pasar por esas calles, donde poco o nada a cambiando: siguen las mismas personas de las ópticas intentando jalarte para su establecimiento, los mismos ambulantes, etc. En fin como rezaría un viejo refrán: “Hay cosas que no cambian”.
El pretexto de volver a rememorar estos entrañables recuerdos fue producto de una comisión por motivos de trabajo, por lo que era casi inevitable transcurrir por esos lares. Las interrogantes que daban vueltas alrededor de mi cabeza eran: ¿Qué habrá sido de vos?, ¿Por donde andarás?, ¿Me habrás olvidado?, etc. Hasta me puse a recordar los sueños que tenía al poco de no verte, la esperanza disfrazada de anhelo de poder hallarte en la misma universidad en la que yo estudio.
Al retornar de la comisión decidí circular por el Jr. Huancavelica, evocando aquellos tiempos, tan lindos, donde teníamos la maleta cargada de aspiraciones e ilusiones… de amor por vos, y que por esas cosas que tiene la vida no pudo echar raíces y germinar.
Habiendo pasado el tiempo y acercándose el fin del tiempo de mi presente capítulo en la universidad (porque pienso volver más adelante), tan solo me queda cierta resignación y el tan solo desear que algún día nuestros caminos se vuelvan a cruzar.
Como punto final diré que serás siempre una de las mejores cosas que ha acontecido en mi vida, sois parte de un pasado que me ayuda a recordar de donde vengo y hacia donde voy. Mantenerme en mis ideales y no claudicar ante la adversidad.
“Sale el sol y te sigo pensando, busco a los dobles de cada esquina ansiando encontrarte, mas no puedo hallarte”.
Todos estos sentimientos encontrados florecieron de nuevo, al pasar por esas calles, donde poco o nada a cambiando: siguen las mismas personas de las ópticas intentando jalarte para su establecimiento, los mismos ambulantes, etc. En fin como rezaría un viejo refrán: “Hay cosas que no cambian”.
El pretexto de volver a rememorar estos entrañables recuerdos fue producto de una comisión por motivos de trabajo, por lo que era casi inevitable transcurrir por esos lares. Las interrogantes que daban vueltas alrededor de mi cabeza eran: ¿Qué habrá sido de vos?, ¿Por donde andarás?, ¿Me habrás olvidado?, etc. Hasta me puse a recordar los sueños que tenía al poco de no verte, la esperanza disfrazada de anhelo de poder hallarte en la misma universidad en la que yo estudio.Al retornar de la comisión decidí circular por el Jr. Huancavelica, evocando aquellos tiempos, tan lindos, donde teníamos la maleta cargada de aspiraciones e ilusiones… de amor por vos, y que por esas cosas que tiene la vida no pudo echar raíces y germinar.
Habiendo pasado el tiempo y acercándose el fin del tiempo de mi presente capítulo en la universidad (porque pienso volver más adelante), tan solo me queda cierta resignación y el tan solo desear que algún día nuestros caminos se vuelvan a cruzar.
Como punto final diré que serás siempre una de las mejores cosas que ha acontecido en mi vida, sois parte de un pasado que me ayuda a recordar de donde vengo y hacia donde voy. Mantenerme en mis ideales y no claudicar ante la adversidad.
“Sale el sol y te sigo pensando, busco a los dobles de cada esquina ansiando encontrarte, mas no puedo hallarte”.
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