2012-12-31

Patio de juguetes

Patio de juguetes 

No muy lejos de casa se habilitó una enorme explanada ubicada dentro del hipódromo. Vehículos de miles de visitantes haciendo fila para ingresar y tomar el mejor lugar en el estacionamiento. Gente frente a las boleterías habilitadas para adquirir pases y – quizá – adquirir el auto de sus sueños o por el simple hecho de curiosear (como yo). Una vez dentro del recinto, se pudo ver la distribución del mismo con espacios de acuerdo a la oferta en modelos que podían ofrecer las marcas. Estaban las de siempre, aquellas con las que uno se familiariza desde niño y también las que solo se había podido saber de su existencia a través de catálogos y revistas de automovilismo. 

Personalmente me gustan más los vehículos grandes y veloces: los Volkswagen Amarok, Chevrolet Camaro, Audi R8 GT, Ford Mustang Shelby Cobra y, una nave fuera de este mundo, el Lamborghini Aventator. Esto, por mencionar algunos de los más rankeados. Había coches para todos los gustos, colores y presupuestos. 

Se preguntarán por qué hago un paralelo entre el Motorshow y un patio de juguetes. En parte, por el brillo en los ojos de grandes y chicos al momento de chequear los autos, aunque los grandes salieron doblemente premiados por las “muñecas” que hacían de anfitrionas de las diversas empresas que se dieron cita en esta feria automovilística. Conformando el binomio perfecto de este tipo de eventos: buenos fierros y lindas chicas. 

Soñar no cuesta nada, sé que por el momento un vehículo no pasa por mis prioridades. Esta experiencia sirvió – más que todo – para tener una idea del presupuesto que debo manejar para adquirir y mantener un carro. Y de paso para ganarse con algo y deleitar la vista, después de todo nada se pierde.

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