Muchacha de La Plata
Nena de sublimes ojos de manantial,
Puedo ver en ellos lo generosos,
Que fue con vos la providencia,
De apreciar en tus retinas,
Ese pedacito de la desembocadura,
Del río de La Plata en el inmenso mar.
Y aunque pequeña de estatura,
Sois capaces de guardar en los azulejos,
Toda la imponente estampa de tu casta,
Belleza y garbo de la costa atlántica,
Acaparando mi atención,
No pudiendo resistir verme reflejado en ellos.
Nena de suave caminar,
Déjame llevar por la corriente,
Sinuosa de tu caudal platense,
Que no opondré resistencia alguna,
Al océano prometido,
Y la excitante travesía de llegar,
Al lugar donde esta tu corazón.
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