2007-12-27

Bibliojuerga: secuelas de un sábado por la noche

Bibliojuerga: secuelas de un sábado por la noche

Un poco extraño para mí resulta el escribir algún relato a manera de crónica, de alguna fiesta organizada por un grupo de compañeros de la profesión - que diariamente comparten carpeta contigo, conviven y experimentan casi las mismas experiencias - también denominada "bibliojuerga", claro está, haciendo uso de la terminología empleada en aquellas memorables faenas chupísticas , donde el ambiente es propicio para compartir, entrar un poco más en confianza con las personas que no hablas mucho en el aula, desinhibirse gracias a los efectos de alguna bebida que se imparta en la reunión, y mostrar eso si, otras habilidades que no necesariamente has mostrado dentro de las jornadas académicas.

Era un sábado por la tarde a pocos días de la Navidad, el punto de encuentro se había preparado con antelación, era el local de una conocida cadena de supermercados, dentro de un colosal centro comercial ubicado en la Av. Javier Prado. Ahí se fueron sucediendo poco a poco los invitados que confirmaron su presencia en tan esperada reunión. Seguidamente, tras casi hora y media esperando, habiéndose comprado ya las guarniciones, confirmada por boca del propio anfitrión que la "liquidación" estaba garantizada y llegado los rezagados a la cita, nos dirigimos en la "Daewoo" a la casa del anfitrión que había ofrecido su vivienda para la bibliojuerga en pro de lograr la integración de una base que, debido a razones no muy aclaradas, se encontraba parcelada y desunida.

Un grupito se había encargado de la adquisición de las guarniciones y se adelantó al grueso del contingente, que llegamos luego pisándole los talones, una vez ahí se tomaron las primeras fotografías de la noche. Se soltó la noticia de que un compañero se había extraviado, lo que motivo cierto grado de discusión acerca de cómo se debía proceder en dicha circunstancia, finalmente se optó por adentrarnos en la casa y esperar que el compañero llegué por su cuenta ya que conocía el lugar, no sin aprovecharse esta situación para gastar bromas por parte de un grupo de entusiastas.

Poniéndonos cómodos en la sala del anfitrión de turno, y tras una breve charla como para entrar en confianza, los asistentes empezaron a colocarse en los lugares donde se les serviría la comida que se había comprado para efectos de la cena de los concurrentes a fin de evitar que los mismos se queden sin energía a mitad de la reunión.

Culminada tan suculenta cena acompañada de una deliciosa y fresca ensalada, - preparada convenientemente por uno de los compañeros lo que le valió ser objeto de halago por parte los comensales no sin correrle una broma por el secreto de su sazón - asentada por las gaseosas que fueron de la aprobación del respetable.

Se dio el pase al salón que fue acondicionado con sillas y luces para la realización de la fiesta, se destaparon las primeras cervezas y para los que no deseaban beber (que eran un grupo de chicas), se les tenía gaseosas para que puedan brindar y así la gente poco a poco se animaba para ponerse a bailar las canciones que sonaban en el equipo de música.




El amigo que se extravió pudo llegar antes del brindis y del discurso que daba un inicio formal a la reunión, se puso reggaetón para empilar a la gente y varios salieron del closet, pero no vallan a pensar otra cosa, es que los que normalmente son reservados, agitaron sus cuerpos de manera frenética al compás de la música; se suavizó con unas salsas del Gran Combo, de la Sonora Ponceña entre otros; le siguió unos merengues para no perder la efervescencia del inicio, hasta se puso rock & roll ochentero gracias a los muchachos de Soda Stereo, Hombres G y Enanitos Verdes, en especial los primeros que con su persiana americana pusieron a temblar el salón y sentenciarla con una música ligera que la gente cantaba a viva voz mientras sus cuerpos eran seducidos por el ritmo.

Uy, uy, uy, pero no solo hubo baile, también se dieron singulares retos "De quien cae primero" que consistía en tomar cerveza en vaso lleno y de un solo porrazo, lo que cobró más adelante sus primeras víctimas, cuyos síntomas se dieron desde las nauseas hasta las caídas de las escalinatas, todas ellas felizmente sin consecuencias que lamentar. Estos caídos se perdieron el último tramo de la fiesta.

La etapa de bailar se vio interrumpida, cuando el anfitrión, guitarra en mano empezó a tocar algunas tonadas, las cuales acompañe cantando a dúo, para que luego se nos sumen los demás compañeros que al final de cada canción celebraban lo ocurrido con generoso aplauso.

Cansados, apagamos las luces, esperando el amanecer y comenzó el último tramo, que fue el de contar historias de misterio y de cosas sobrenaturales; como apariciones de fantasmas y duendes, y como esto se veía desde la concepción religiosa; el universo y sus misterios; sueños extraños; interpretación y debate del contenido subliminal de algunas canciones y series que evocaban algún contenido maligno.

Algunos se les encrespó la piel con estos relatos, pero así son estas cosas, en el Perú en medio de una reunión de amigos siempre hay tiempo para las anécdotas y las historias, que nos recuerdan un mágico pasado y porque la leyenda y el contar leyendas es parte de nuestros genes ancestrales.

La puesta de sol del nuevo día nos sorprendió y fue el punto final de una noche larga llena de diversión con los amigos, empezaron a "resucitar" los primeros caídos por la ingesta chupística y empezaron a recordar con gracia tan alcoholizada aventura, nos preparamos para partir a casa para descansar, los que podíamos ponernos de pie, nos despedimos del anfitrión, dejando eso sí algunos caídos por la francachela rebosantes de alcohol que se levantarían más tarde. Déjeme contarles como conclusión queridos amigos, que he tenido que descansar muchísimo para poderles contar esta historia, de nuestra historia.


¡¡¡Feliz Año 2008!!!






1 comentario:

Anónimo dijo...
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